La historia de este pequeño es muy triste. Cásper fue adoptado y conoció en su casa a su compañero Leo, pero la casa donde vivían los abandonó en la perrera a los dos sin ningún tipo de remordimiento. Tras intentos de nueva adopción sin éxito (son perros grandes y muchas veces es difícil), al final tuvimos que volverlos a acoger. Son muy buenos y se portan muy bien en el refugio. Se entrega con chip, pasaporte europeo, vacuna antirrábica, esterilizado y con contrato de adopción.