Nuestra preciosa Carmela fue rescata en un pueblo de Sevilla, tras costar semanas de crear una relación de confianza con ella, ya que huía despavorida ante cualquier persona. Poco a poco fue confiando en las manos que le daban de comer siempre a la misma, pero la angustia se intensificaba al saber que el día siguiente quizás no pareciera a nuestra cita por haberle ocurrido algo.
Por suerte se consiguió! Y desde entonces, desde que está con nosotros, le encantan los mimitos, su cara triste de aquellas citas se han convertido en saltos de alegría, juegos y carreras.
Carmela una perrita con una nobleza tan grande como su tamaño!