Este pequeño fue encontrado atado a las puertas del refugio junto a Saba. Al contrario que ella, quien se mostraba más reacia a que nos acercáramos, él mostró en seguida unas ganas inmensas de que le acariciáramos y le diéramos algo de mimos, algo de lo que seguramente carecían bastante ambos. Le dimos un bol lleno de comida y al pobre le duró un segundo. También estaba sediento. No se separa de su compañera Saba que sigue algo asustada. Creemos que pertenecen a la misma familia. Ahora ya está más gordito y más alegre. Es muy noble y su comportamiento con los demás perros ha sido muy bueno desde el principio. Le encanta estar con los voluntarios recibiendo caricias. Se entrega con chip, pasaporte europeo, vacuna antirrábica, esterilizada y con contrato de adopción.