Lobo fue entregado por unos vecinos del pueblo. Según nos contaron Lobo llevaba pegado a ellos 8 meses comiendo de lo que le echan a sus perros, pero ya no "podían" tenerlo más.
Lobo es un perro excepcional, ha perdido el miedo rápidamente y ahora te recibe con mucha alegría, juguetón y cariñoso. A pesar del gran miedo que traía no tuvo nunca ningún mal gesto para nadie, ni gruñe, ni ladra, ni muerde nada... No es nada dominante con machos ni con hembras, es totalmente sumiso y tranquilo. Solo necesita a alguien que le de un poco de amor.