Solo en Sevilla
Un colaborador de Arca se lo encontró a principios de marzo abandonado en un camino de un pueblo, desorientado y en los huesos. No pudo dejarlo allí y así llegó a nosotros.
En casa de su rescatador, Conan se está reponiendo y disfrutando de los placeres de la vida que probablemente nunca conoció, como una camita blanda y caricias abundantes. Lo único que le falta es esa familia especial, que lo adoptará como un miembro de la familia más para que sus días de soledad y abandono queden olvidados para siempre…
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