Bombi fue encontrado en un pueblo de Sevilla, se iba tras las personas e incluso trataba de entrar en los edificios buscando cariño y cobijo. A pesar de que el pensamiento era que tuviera perdido, aunque estaba comido de parásito, no tenia chip ni nadie lo reclamó.
Ahora en la residencia espera tener ese hogar que tanto buscaba y esa familia que desea.
Bombi es un perro grandullón pero noble, muy cariñoso y tranquilo.