Yara fue abandonada en el campo, junto con otra cachorra. Entró en la protectora cuando tenía 3 meses y no ha tenido suerte de encontrar una familia. Lleva en el refugio toda su vida. Antes era muy activa, siempre corriendo y jugando con todos...ahora poco queda de esa actividad. Está muy tristona, pues ve pasar los años sin que su situación cambie. Pero nosotros no perdemos la esperanza. Es una perrita muy sociable y noble con sus compañeros, nunca ha causado problemas. Con los voluntarios es un amor, y nos come a lametazos cada vez que nos ve. Se entrega con chip, pasaporte europeo, vacuna antirrábica, esterilizada y con contrato de adopción.
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