Nuestro campeón nació aproximadamente en abril de 2017 y es de tamaño pequeño. La historia de IVAR es la de tantos y tantos perros que viven en familias donde no reciben ni el más mínimo gesto de cariño ni atención. Donde pasan los días sin ser vistos. No son nadie. Quizá, algo de comer cuando un llorqueo de desazón les hace recordar. Son personas a las que debemos enseñar que todo ser vivo quiere vivir dignamente y necesita afecto.

IVAR tenía los días contados, ni eso, las horas. Tras un accidente, que desconocemos, su pata se partió. Quedó completamente destrozada. El hueso fuera de la carne abría paso al riesgo máximo de infección. Y su familia lo tenía claro. Suponía un problema, por lo que no podía seguir vivo. Así, sin sentimiento alguno ni compasión por un ser indefenso, habían decido, cruelmente, ponerle fin a su vida. (Preferimos no dar detalles, puede herir la sensibilidad).

Por suerte, pudimos rescatar a IVAR y darle la oportunidad que merece y necesita. En estos momentos, se encuentra hospitalizado en la Clínica Veterinaria Sevilla Este, descansando y reponiendose de la dura operación a la que ha sido sometido en el Centro Veterinario Lepanto. El proceso de curas será intenso y largo, pero IVAR es un perro fuerte con la energía de un super guerrero, entre todos vamos a ayudarle a encontrar la alegría de vivir, la confianza en el ser humano.

A pesar de todo lo vivido, es un perro muy noble que se porta requetebien en las curas. No hace ningún gesto feo. Solo quiere que no dejes de acariciar su cuerpito peludo color chocolate, y darle todo el cariño que nunca tuvo. Sabe pasear con correa muy bien, su patita operada no le supone ningún problema para andar. Ha pasado los test de enfermedad con resultado negativo, es decir, ¡está sano!, preparado para emprender una nueva vida llena de abrazos, camas blandas, comida rica, visitas a su vete preferido y muuuuuucho amor ❤️