Hace unas semanas, en plena semana Santa, nos llegó el aviso de una perra con dos cachorras abandonadas en un descampado, donde corrian mucho peligro. Fue justo antes de las lluvias del jueves Santo y no podíamos dejarlas allí… desgraciadamente, no fuimos capaces de coger a la madre, ni se dejó ver, pero las dos bebés pudieron ser trasladadas a una casa de acogida para reponerse y crecer a salvo mientras les buscamos familias definitivas.
Una de ellas es Triana, una cachorrita dormilona y dulce. Llegó con un absceso que había que curar, se dejó hacer como una campeona, y ahora sólo quiere mimos y estar en brazos o jugar con su hermana. Triana busca un hogar donde crecer feliz.